La depresión, que posiblemente tenga múltiples causas, se está generalizando a un ritmo atroz.
En la encuesta que realicé en mi canal, solamente el 14% de vosotros declara estar seguro de que no haberla sufrido.
Y aunque ciertas condiciones genéticas y ambientales la facilitan, hoy se sabe que nadie está libre del riesgo de sufrirla. De estas condiciones, hoy me centraré en aquellas que podemos controlar.
En este artículo voy a darte 5 herramientas para aliviar una depresión. Es cierto que en casos extremos (depresión clínica que incluso puede inhabilitar el movimiento del cuerpo, por ejemplo) no serán una mejora significativa, pero en la gran mayoría de casos sí.
1.Orientación interna / externa
Las personas con una orientación interna tienen más probabilidades de sufrir depresión. ‘Escucha a tu corazón’ es mal consejo si estamos deprimidos. Este tipo de personas no ha aprendido a analizar la realidad con el mínimo rigor, y da plena crédito a sus historias internas que, a su vez, están basadas en patrones emocionales negativos.
Consejo #1: Aprende a analizar la realidad. Primero, haz un esfuerzo por distinguir hechos de interpretaciones. Segundo, trata siempre de dar varias explicaciones distintas a las cosas, y sé consciente del grado de optimismo o pesimismo que les imprimes. Por último, siempre que puedas solicita una opinión externa.
2.Autosabotaje neuroquímico
Esta es una manera elegante de decirte: invierte un 200% en tu salud. Si tienes un historial de depresión (en tu pasado o entre tus padres), las malas decisiones te cuestan el doble. El consumo de drogas, especialmente el alcohol, te llevarán fácilmente a la depresión. Si vas a automedicarte, usa las ‘drogas seguras’: ejercicio, meditación, contacto social, caridad y contacto con la naturaleza.
Consejo #2: Haz un compromiso diario de apartarte de las drogas (legales e ilegales) y de ejercitarte cada día. No se requieren levantamientos olímpicos: 20 minutos de trote, una sesión de Yoga o un paseo por la naturaleza harán maravillas para mantenerte equilibrado.
3.Rumiar el pasado
¿Quién no lo ha hecho? Cualquier detalle te recuerda algo que empiezas a alimentar con tus pensamientos, y no puedes desviar la mente de ahí. Este rumiar te genera ansiedad y consigue que, aunque no te haya ocurrido nada malo, te sientas mal.
Consejo #3: Aprende a hacer borrón y cuenta nueva con el pasado. Lo que haya ocurrido hasta ahora no determina lo que puede pasar. Y en cuanto te sorprendas rumiando sobre el pasado o pensando excesivamente, pregúntate: ¿Qué acción puedo tomar ahora mismo para mejorar mi situación? La acción siempre vence al pensamiento obsesivo.
4.Pensamiento global
La tendencia al pensamiento global puede ser una ventaja en determinados campos. Estas personas tienden a ver un panorama amplio más allá de los detalles inmediatos. Pero esa misma tendencia, útil en lo creativo y la reflexión, nos lleva a conclusiones desproporcionadas sobre lo que ocurre en nuestra vida.
Por ejemplo, si un día nos sentimos torpes socializando, podemos generalizar y dictaminar que no tenemos don de gentes. O si nos aventuramos a probar un deporte o habilidad nueva y no nos dan bien de primeras, decidiremos que no tenemos talento, que es una actividad aburrida, etc.
Este mismo rasgo del pensamiento nos hace plantearnos objetivos de forma integral, de manera que cuando tratamos de realizar las acciones necesarias para conseguirlos, nos abrumamos por su tamaño.
Consejo #4: Especifica y concreta. No hagas grandes generalizaciones sobre aquello que te ocurre. Trata de definir claramente lo que aprendes. No es lo mismo pensar “todo me sale mal” que “no he estudiado el tiempo suficiente para este examen de matemáticas y mi calificación refleja eso”. Muy importante: lo opuesto del pensamiento global es el pensamiento lineal. Cuando te plantees una meta, siempre aclara cuál es el primer paso a tomar, y borra de tu mente todo lo demás.
5.Expectativas poco realistas
De la decepción a la depresión hay un solo un paso. Pero, ¿y si estamos estableciendo expectativas demasiado altas? Las personas con depresión tienden a hacer esto, incluso a idealizar a ciertas personas, situaciones, proyectos… Cuando te encuentres especulando sobre el futuro, no te creas tus propias historias sin analizarlas.
Consejo #5: Rebaja tus expectativas. Si esperas un determinado resultado, aclara en tu mente qué pruebas sólidas tienes para hacerlo. Tener expectativas realistas es una cuestión de amor propio. Si esperamos de nosotros mismos una y otra vez un resultado que no llega, ¿será que nos estamos negando a vernos y aceptarnos como somos?
Espero que estos consejos puedan ayudarte.
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