Todo el mundo está familiarizado con las nociones de cuerpo, mente y espíritu.
Pero la sombra es un cuarto elemento del ser, y un elemento que rara vez se tiene en cuenta.
La ‘sombra’ se refiere al lado oscuro de nuestra psique, los aspectos de nosotros mismos que hemos negado, rechazado y escondido hasta de nosotros mismos, que proyectamos en las demás personas.
En psicoterapia se dice que la sombra es ‘el inconsciente reprimido’. Pero que algo sea inconsciente no quiere decir que no tenga efecto en nuestras vidas.
Cuando trabajamos para reintegrar estos aspectos reprimidos, liberamos una enorme cantidad de energía, ya que es un enorme trabajo estar constantemente camuflándonos.
La Sombra se va formando, según Freud, cuando impulsos y sentimientos inaceptables se relegan de la consciencia a la inconsciencia, desde donde manejan nuestra vida de forma subrepticia.
O dominas tu Sombra, o tu Sombra te domina a ti. La naturaleza de la Sombra es mantenerse oculta. En parte, no quieres conocer tu Sombra. Por eso hace falta un trabajo especial que llamamos ‘Trabajo de Sombra’.
Veamos algunos ejemplos y cómo hacer este trabajo:
Imaginemos un niño pequeño que empieza a sentir ira hacia su madre, pero esa ira es una amenaza para su supervivencia, ya que depende completamente del vínculo con su madre. En ese caso, el niño podría disociarse y reprimir su ira. Pero negar la ira no la hará desaparecer, simplemente la ira empezará a surgir en su vida como algo ajeno. Puede experimentar la ira, pero no puede ser su propia ira. Aparecerá en otras personas o eventos de su vida.
Este proceso tiene 3 fases:
- El primer conflicto surge cuando una emoción es de algún modo inaceptable o inasumible, como este odio por una persona de la cual depende nuestra supervivencia. No somos capaces de decir “Estoy enfadado, y no hay nada de malo en esto”.
- La ira se reprime, pero no desaparece. No puedo ser yo quien la sienta, así que será la segunda o la tercera persona quien la sienta. El mundo parece lleno de ira, enfado y odio. Acuso a las personas de estar enfadadas. Tú eres quien está enfadado, no yo.
- Si continúo reprimiendo la ira, ni siquiera la detecto. Como reacción a la ira y el enfado que dominan el mundo, me vuelvo asustadizo y triste. He sustituido mi emoción original, reprimida, por una emoción secundaria o inauténtica, la cual me distancia todavía más de mi emoción original. Me desentiendo totalmente de la ira.
Lo que debemos hacer es revertir ese proceso, desde la tercera persona hasta volver a la primera persona. Volviendo consciente la emoción originaria, aceptándola como mía.
Lo que conseguiremos reincorporando nuestra sombra es liberar más energía, aumentar nuestra compasión y empatía, aprender más sobre nosotros mismos, y eliminar las perturbaciones que algunas situaciones nos provocaban.
Para empezar, escoge qué aspecto de tu sombra quieres trabajar. Lo más sencillo es empezar buscando esa persona con la que tienes una relación complicada, alguien que te atraiga, te moleste o te perturbe. También puedes escoger una fantasía o una sensación física que distraiga o por la que tengas fijación.
En resumen, podremos identificar la sombra según dos conjuntos de rasgos:
- Por un lado, puede que te haga sentir hipersensible, que te haga perder el control fácilmente, que te haga reaccionar, que te irrite, enfade, o que sienta que te hiere. Tiene un tono emocional que invade tu vida.
- Por otro, puede que te haga sentir hipersensible pero de forma positiva, que te encapriches de la cosa o la persona, te vuelvas posesivo, obsesivo, que te atraiga demasiado, o lo idealices.
Ahora, tras haber identificado con qué vas a trabajar, empezamos los 3 pasos del proceso.
Paso 1: Enfréntalo
Observa esa incomodidad con toda la cercanía que puedas. Puedes cerrar los ojos durante un par de minutos y realmente concentrarte en ella. Luego, puedes escribir en un diario o hablarle a una silla vacía frente a ti. Describe la persona, situación, imagen o sensación con todo detalle, usando la 3ª persona. Es tu ocasión para explorar este elemento desde la distancia. No ahorres en detalles.
Paso 2: Habla con ello
Simula un diálogo con este objeto usando la 2ª persona. Vas a entablar ahora una relación con ese objeto de la consciencia. Puedes empezar haciéndole preguntas:
¿Qué eres o quién eres?
¿De dónde vienes?
¿Qué quieres de mí?
¿Qué quieres decirme?
¿Qué regalo me traes?
Permite que esa incomodidad te responda. Imagina de forma realista qué te dice. Acepta cualquier cosa que surja en el diálogo.
Paso 3: Conviértete en ello
Ahora, escribe o habla en primera persona. Te vas a convertir en la persona, situación, imagen o sensación que has estado explorando. Debes ver el mundo, incluyéndote a ti mismo, desde la perspectiva de este elemento de tu sombra. Permítete aceptar que en esencia sois lo mismo. Finalmente, reconoce la identificación. Di o escribe la frase: Yo soy… y complétala con el elemento de tu sombra. Esto se sentirá extraño, ya que es lo que hemos estado negando.
Adicionalmente, tras este tercer paso, debemos reintegrar la sombra. Debes sentir que esa emoción, situación o elemento previamente excluido vuelve a resonar dentro de ti como algo tuyo. Sabrás que ha funcionado si te sientes más ligero, más libre, más abierto, en paz.
Veamos ahora un ejemplo.
Felipe debe visitar a un amigo de su infancia, pero siente un bloqueo a la hora de hacerlo, incluso miedo. Escribe en su diario lo siguiente:
“Temo visitar al mejor amigo de mi infancia. La última vez, se creó una situación con su mujer que realmente me irritó. Es un debilucho. Su mujer le dirige en todo. Ha elegido tener un trabajo superseguro, no disfruta de la vida, no se para a sentir las pequeñas cosas. Tendría que desmadrarse de vez en cuando, y se sentiría mucho más vivo. Se está traicionando a sí mismo. Me enfada estar con él”.
En el segundo paso, se crea un diálogo entre ambos:
-¿Por qué dejas que tu mujer tome todas las decisiones?
-No es así, simplemente respeto su perspectiva de las cosas.
-¿Cómo puedes estar satisfecho con ese trabajo mediocre, por muy seguro que sea?
-En realidad es un trabajo honesto, y yo lo disfruto.
-¿Por qué no empiezas un servicio de consultoría o abres tu propio negocio?
-Prefiero lo que tengo ahora. Es más seguro, exige menos trabajo. ¿Qué problema hay en eso?
En el diálogo, Felipe continúa explorando. Y descubre que su amigo simplemente quiere sentirse seguro y no tener dramas en su vida, mientras que él mismo se siente más inclinado por el riesgo y por exprimir la vida.
En el tercer paso del proceso, Felipe se convierte en su amigo. Y dice lo siguiente:
“Quiero seguridad, tranquilidad, y una vida predecible y sin sobresaltos”.
Cuando dice esto, Felipe se da cuenta de que ha estado ignorando su propia necesidad de sentirse seguro, y por eso le irrita tanto que su amigo sea así. Como todo el mundo, Felipe necesita las dos caras de la moneda: aventura, riesgo, pasión, pero también seguridad, algo predecible, comodidad.
Felipe se siente con más energía, puede ver a su amigo con mayor empatía, y descubre cosas sobre sí mismo. Por ejemplo, que ha idealizado a su padre aventurero, y eso ha proyectado una sombra sobre otros aspectos de su propia personalidad.
He preparado una meditación para transmutar las emociones negativas asociadas con tu sombra. Solo tienes que seguir este enlace y podrás descargarla gratuitamente:
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