Los seres humanos venimos con varios defectos de fábrica. Uno de ellos es que somos estúpidos.

Me explico:

Vivimos en la fantasía de que somos seres racionales y que nuestras decisiones tienen sentido, son lógicas. Esto es cierto aproximadamente en el 5% de los casos. La mayoría de nuestras decisiones son impulsivas; lo que hacemos es racionalizarlas después, convencernos de que han sido buenas decisiones.

Luego, vienen los resultados, y también estamos ciegos para admitir nuestro error. Admitir errores es algo que muy pocas personas hacen, algo que hiere al ego y que en general evitamos.

Uno de los motivos por los que somos muy torpes tomando decisiones sabias es porque no somos capaces de ser objetivos con nosotros mismos. Nos autoengañamos constantemente.

Sin embargo, cuando damos consejos a los demás, como no nos involucran, podemos ser más racionales.

La sabiduría, por tanto, es ser capaz de aplicarnos los consejos que damos a los demás.

Una forma muy sencilla de tomar decisiones con sabiduría es practicar este ejercicio de desdoblamiento. Lo único que tienes que hacer es escribir (a mano o en un procesador de textos) una conversación imaginaria.

Tú vas a ser el primer personaje, y vas a estar manteniendo una conversación con otra persona. Esa persona puede ser alguien que exista de verdad, un personaje al que admires, o una figura que ni siquiera existe. No importa.

Lo que haces es escribir un diálogo entre tú y la otra persona, le planteas la duda que tienes como lo harías con cualquier amigo. Y luego, cambias tu papel y te respondes a ti mismo. Puedes ir cambiando hasta que veas clara la solución y estés dispuesto a ponerla en práctica.