¿Para qué quieres ser inmortal?
7 octubre, 2019
inmortalidad

El anhelo de ser inmortal se registra en todas las culturas, de una forma u otra, y en todas las épocas. Pero es abrumadoramente popular hoy en día, al socaire del vertiginoso progreso tecnológico que vivimos.

Hace más de 10 años que, en la sala de espera de una consulta, leí en la portada de una revista que seguramente el primer ser humano inmortal ya había nacido para entonces.

Por supuesto, ser inmortal me pareció muy buena idea, quizás lo más apetecible. La muerte me aterrorizaba, y todavía recuerdo la sensación de angustia vivida al pensar que mi vida era frágil y tenía fecha de caducidad.

El anhelo de inmortalidad es la máxima expresión de una actitud generalizada: dar la espalda a los problemas. Aplazamos las conversaciones importantes, las decisiones cruciales… todo con tal de no enfrentarnos a nada. Y si la muerte nos resulta problemática, posponerla indefinidamente sería ideal.

Solo que, desde luego, la inmortalidad no soluciona nada. La inmortalidad, de hecho, hace que nada tenga valor.

Imagina que vas a morir mañana mismo. Si tuvieras la absoluta certeza de que tu vida va a acabar de manera inminente, correrías a hacer aquello que amas, o algo que siempre has querido hacer y para lo que nunca has tenido el atrevimiento. Desde luego, dejarías de perder el tiempo con bastantes cosas.

Hazlo. Plantéatelo honestamente: ¿qué harías si solo te quedasen 24 horas? Elige tres cosas y anótalas. Y al lado escribe tres cosas que has hecho últimamente y que no harías.

Lo curioso es que conforme más margen tenemos, más probable es que pospongamos algo.

Y aquí viene la trampa: si tuvieras un tiempo infinito para posponer algo, nunca lo harías.

Te propongo un dilema:

Puedes vivir indefinidamente una vida vacía, donde nada tendrá valor excepto por los placeres materiales que usarás para satisfacer tus necesidades.

O:

Puedes dotar a tu vida de un sentido y hacer lo necesario para vivir de acuerdo a ello, sabiendo que acabará y aceptándolo de buen grado.

¿Cuál eliges?

Si eliges la primera, y el tiempo da la razón, solo tú sabrás si la tengo o no (si consigues ser inmortal).

Si eliges la segunda, date un tiempo para reflexionar sobre esta pregunta:

¿Qué tendría que ocurrir para que yo aceptase el paso a la muerte sin desdicha?

Y cuando lo sepas, hazlo.

4 Comentarios

  1. Nicolas

    Yo quiero hacer algo de mi vida pero tambien quiero ser inmortal, no se si es una contradiccion o meramente miedo a la nada.
    En fin buen articulo, muy reflexivo

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    • Alexis

      Primero tendrían que cambiar muchas cosas empezando por nosotros mismos los seres humanos si la forma en la que estamos actuando destruyendo la tierra y es la forma correcta de hacer méritos para ser inmortales yo pienso que no xq cada vez actuamos peor

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  2. Daniel

    Pensar que los animales viviendo su presente,hacen . . No posponen.
    Muy reflexivo el artículo.

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  3. Carlos Daniel

    Pablo, un inmortal verdadero no es una persona perezosa porque para lograr su poder tuvo que vencer miles de barreras… Un inmortal no postergaria nada, al menos no de la forma en que lo planteas. Ningun simple mortal con los tipicos defectos psicologicos que tienen las personas puede tener la inmortalidad. Para lograrlo hay que convertir el metal en oro, osea los defectos en virtudes. Y creeme que es la cosa mas dificil del mundo, en la alquimia se le conoce como ‘La gran obra’.

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