¿Para qué sirve meditar?
Meditar mejora la autoconsciencia, meditar potencia la capacidad para tomar decisiones de forma correcta, meditar fortalece el sistema parasimpático (muy debilitado debido al las adicciones entre otras cosas…) y nos ayuda a gestionar esas emociones limitantes que causan tantas recaídas entre quienes desean salir de una adicción (la angustia, la vergüenza o la culpa son ejemplos de este tipo de emociones).
Por tanto, si meditar es tan beneficioso, ¿por qué la gente NO MEDITA ni SABE meditar?
Si reflexionamos, meditar se trata de observar lo que ocurre en el momento presente. Abarca desde nuestros pensamientos y emociones hasta observar una hilera de hormigas que se dirige hacia una zona de abundante comida.
La clave entonces radica en la observación y en no dejarse llevar por los pensamientos y emociones, sólo observarlos.
En consecuencia, si meditar es observar y la meditación es pura observación, la persona que está meditando se convierte en un OBSERVADOR.
En el mundo que rodea al reto NoFap, la meditación es, sin duda, uno de los hábitos más beneficiosos y potenciadores.
Sucede algo muy especial durante la meditación (bien realizada). Lo que ocurre es que la identidad e historia de la persona que medita, su DNI, nombre, pasado, futuro, deseos y ansiedades, se convierten en algo que sólo se observa, al mismo nivel que la respiración o la brisa que golpea en ese momento presente. No existe apego ni identificación, sólo se observa.
Cuando esa “identidad” observada y el observador se encuentran comienzan los problemas, ya que aquí es donde la mayoría de personas se pierde.
Probablemente estés leyendo “identidad” entre comillas y no entiendes por qué estoy insinuando que nuestro pasado, nuestra cartera, estudios, físico, DNI, amigos… no son en realidad nuestro verdadero ser.
La respuesta, según mi criterio, se basa en que detrás de lo que “tenemos”, “hacemos”, y “deseamos”(comúnmente llamado ego), se encuentra un yo que observa y que sólo “es” un observador, que ya está completo y que no busca nada, sólo observa. Nuestra consciencia observadora se encuentra en un estado de consciencia más profundo al que sólo se llega si se está en presencia absoluta.
Al iniciar la meditación comienzan las dificultades, debido a que nuestro ego va a tratar de sacarnos del momento presente y provocar que dejemos de ser observadores.
Cuando el ego y el observador se encuentran pueden ocurrir dos cosas:
-La primera, es que se produzca una identificación con la historia e “identidad” de la persona que medita, y desaparezca el observador.
-En la segunda situación, el observador no se identifica con lo que se supone es su identidad, simplemente la observa desde la distancia. Únicamente observa ya que ese es su único fin.
Retomando la cuestión inicial… ¿por qué las personas no meditan ni saben meditar?
La respuesta es tan sencilla como que “meditar” significa “hacer algo” y “saber meditar” significa “conocer/entender algo”.
En cambio, la meditación es únicamente “SER” observador.
Cuando alguien busca meditar con el fin de hacer algo o de saber hacer algo (y, por tanto, lograr algo mediante la meditación), ya se está alejando del significado profundo de la meditación.
En cambio, cuando alguien observa esa necesidad de hacer o de saber hacer, entendiendo que es mucho más importante únicamente observarlo… entonces estará meditando correctamente.
En mi opinión, la meditación ha sido estereotipada y apropiada por frikis del misticismo, de la espiritualidad y por monjes vírgenes budistas de 200 años de edad.
En realidad, meditar, u observar plenamente, o estar (ser) en profundo presente es algo tan científico como la física cuántica.
Hay diversos experimentos relacionados con el lanzamiento de un flujo de partículas a través de dos “rendijas”. Al pasar por la primera únicamente, se producía un patrón y un resultado determinados. A continuación, al colocar la segunda rendija, sucedía otro patrón distinto y muy inusual: daba la sensación de que las partículas pasaban por todos los espacios de la rendija, por ninguno, y por cada uno de forma aislada.
Tras esto, los científicos observaron con un aparato de medición por qué espacio de la rendija pasaba exactamente (para dar luz a lo que estaba ocurriendo realmente) y al observar un sólo espacio, provocaron que las partículas pasaran sólo por la zona que estaban observando, y que el resultado fuera distinto a todos los anteriores.
Al observar los demás espacios de la rendija provocaron que las partículas se comportaran de forma distinta e independiente. Por tanto, ¡la observación misma estaba alterando el resultado!
En otro experimento, ¡se descubrió que los átomos no se mueven cuando se los observa! Se denomina efecto Zeno, y en este experimento se midieron un conjunto de átomos con un aparato de medición láser. Resultó que los átomos no se movían mientras hubiese alguna clase de observación. Sólo empezaban a moverse los átomos cuando los científicos empezaban a apagar la luz láser o la apagaban por completo. Por tanto, ¡el sujeto de observación alteraba los átomos, es decir, el entorno!
Para finalizar, creo que meditar es lo más profundo y natural de los seres vivos. Un árbol no está pensando en hacer o conocer o conseguir algo, está en presencia absoluta, sin ambiciones, ni ansiedades, ni un pasado que lo atormenta.
Por eso somos “seres” vivos y no “haceres” vivos, porque nuestra naturaleza más profunda es la de ser, simplemente ser. Y lo único que existe en el verdadero ser es la observación misma.
Me parece muy interesante tu comentario sobre la meditación y me gustó mucho que meditar profundamente es observar…
No te entiendo cómo meditar. Que se supone que estoy observando. Y que se tiene que hacer para meditar. Que es meditar, cerrar los ojos y dormir despierto? Me lo puedes poner más claro, por favor. Gracias.