Déjame que te haga una pregunta:
¿Alguna vez has deseado algo
y al obtenerlo te has dado cuenta
de que no te hacía feliz?
Más de una vez, ¿no?
De aquí podemos sacar una conclusión:
nos equivocamos constantemente
a la hora de determinar
qué nos va hacer felices.
Una tarde caminaba al trabajo y pensé lo siguiente:
¿y si ya hubiese muerto,
y si estaba en el paraíso,
pero lo había olvidado?
Cuando deseamos que las cosas seas distintas,
estamos pecando de una gran arrogancia,
puesto que ya hemos reconocido
que nos equivocamos una y otra vez.
Quizás todo es perfecto tal y como es
pero te empeñas en interpretar ciertas cosas que hay en tu vida
como si fuesen los obstáculos a tu felicidad.
Ayer, en un vídeo en directo, uno de vosotros
me preguntó qué me hacía feliz.
He querido compartirlo contigo
Super bueno lo que dices Pablo, nos olvidamos de que el simple hecho de existir es una celebración y el simple hecho de entender que no vinimos a cambiar el mundo sino a aprender a amarlo es un gran paso hacia nuestra paz y felicidad. Gracias hermano.
En estos días de nfp he pensado que ciertas cosas que no me gustan de mi personalidad quizá podría no ser tan negativas. Por ejemplo el hecho de ser un hombre bastante introspectivo. Pienso que tal vez no todos necesitamos una personalidad totalmente extrovertida para ser felices. Que todos podemos aportar algo al mundo según nuestras propias características.